— Detectives, la situación no puede ser más crítica — anuncio el Inspector Carbonell, según parece de algún modo la prensa hablada y escrita ya está enterada de los últimos acontecimientos, por ejemplo en "La Voz del Reino" los titulares indican que ha sido capturada una peligrosa delincuente; sin embargo, "El Faro del Pueblo" va más lejos y da las identidades de algunos de nosotros: "El Inspector Carbonell y La Detective Ada Escualor capturan a peligrosa delincuente Lupin Adler Alias la Araña".
— ¿Cómo es esto posible que ya esté filtrada la noticia? — inquirió Doris con aire de mujer intrigada
— Es fácil deducirlo — intervino Boris — en aquel recinto estuvieron varias personas, en especial esa tal Madame Agatha Marple, Baronesa de Quin, de seguro conoce a todos los directores y editores de los más importantes medios del país. Ella debió haber regado el rumor.
Ada ya había estado en otras reuniones secretas o de “protocolo” como solían llamarlas en el cuartel, por experiencia propia entendía que había que ser bastante cauta en todo aquello que se decía y hacía; sin embargo, los graves sucesos acaecidos en los últimos días la tenían en estado de paranoia, en especial por todo lo que a ella le había ocurrido en la mansión de la Condesa de Navarreta. Muchas preguntas le bombardeaban la cabeza, así que trato de poner sus ideas en orden, reconstruyendo paso a paso los eventos de las últimas horas.
Recordó que una vez que salió del salón de esgrima de Riga Cukurs, gracias al golpe de la odiada Kanisurra (a la cual esperaba encontrar de nuevo bajo otras circunstancias y cobrarle el favorcito) se devolvió a su cuarto y aprovechando que nadie la seguía se coló por un pasillo que no había visto antes, camino unos dos o tres minutos y llego a una especie de sótano oscuro en donde pudo observar una serie de calabozos, que eran al menos siete celdas, de las cuales solo tres estaban ocupadas:
En la primera vio una especie de silueta, quizás un hombre, pero no pudo precisar de quien se trataba. Se acercó a la puerta de la segunda celda y vio más o menos con claridad que había una mujer allí, amarrada, semidesnuda, la vista de ello la perturbo un poco. Continuo a la tercera celda, y vio a alguien vestido como un payaso, completamente encadenado y súbitamente el hombre (o mujer) cruzo miradas con Ada y lanzo una carcajada muy similar a la de una hiena. El avistamiento puso en pánico a Ada que salió corriendo de aquel lugar y sin saber como, de unos cuantos trancazos volvió a su recámara bastante agitada.
Una vez que Boris y Doris la rescataron y mientras seguían todo el protocolo de cambiar de vehículos y ropajes para arribar a la Unidad 731, estuvo pensando en las identidades de los desafortunados que encontró en esas mazmorras en donde el sufrimiento era palpable.
Le pareció lógico a Ada suponer que la mujer debería ser la verdadera Adler. Sabía que en algún momento podría investigar con más detenimiento en el sistema informático de la policía. La identidad de los otros era un enigma. ¿Estaba el payaso encerrado en su propia mansión? ¿O era simplemente un cautivo vestido de payaso? De todos modos, es ilegal tener a alguien encarcelado en una propiedad privada. Lo más correcto sería intentar rescatar a esas pobres almas encadenadas.
Sin embargo, no estaba dispuesta a compartir mucha información con el equipo, si bien se trataba de amigos y colegas de muchos años, no estaba de más tener cierta prudencia: varias traiciones habían ocurrido en el pasado y con este caso no iba a arriesgar.
— ¿Ada, estás con nosotros? — interrogo Carbonell, mientras los otros mantenían fija la mirada en la detective de cabellos rojos
— Sí, sí, ¿me pregunto si ya has notificado al alto comisionado de estos eventos? — dijo Ada de modo evasivo
— Ya lo he notificado, mañana temprano se dará una rueda de prensa, hemos de ser cautos porque no podemos presentar a Adler, puesto que no la tenemos y sería riesgoso que la verdadera Araña de pronto aparezca, le he dicho al Comisionado que ha sido trasladada a una unidad de alta seguridad.
— ¿Es decir que el comisionado no sabe que todo ha sido un cambiazo y que yo quede usurpando a la Araña?
— Tienes razón, no le he dicho todo al Comisionado,..., por tema de seguridad, claro está — replicó Carbonell
— La situación es crítica, ¿qué riesgos corremos al tener a una falsa Adler entre nosotros y como encaja todo esto en el caso del Payaso y el Reality? — intervino Boris con gesto serio
Iba a responder Carbonell cuando se escuchó que golpeaban a la puerta del cuarto en donde todos estaban reunidos, Ada que era la que estaba más cerca a la puerta, con precaución se levantó para dar entrada a quien fuera que estuviera al otro lado.
No podía ser peor para Ada la visión de la persona que tenía en frente de ella: La Coronel Gertrudis Goeringa, la cual paso al cuarto como si Ada no existiera y se dirigió directamente hacia Carbonell, que ni corto ni perezoso la recibió con un cálido beso y abrazo que debió haber durado unos cuantos segundos, pero a Ada le pareció una eternidad. Cuando ya se separaron, La coronel Goeringa aclaro la voz y dijo "Hola muchachos, sabía que iban a estar reunidos aquí".
No era que Ada odiara particularmente a la recién llegada, simplemente le traía malos recuerdos, la última vez que se vieron había sido durante el operativo de captura del "Dinamitero Loco", que fue un evento en el que todo salió mal, fue durante esos sucesos en que una esquirla de granada le había perforado el vientre, una esquirla maldita que termino instalándose en el útero, dejándola para siempre, estéril como una condenada mula. Carbonell tuvo que utilizar todo su poder para batallar cuerpo a cuerpo con el Dinamitero Loco, que no era una presa fácil. Con Ada críticamente herida, Carbonell básicamente estaba solo, no habían notado que a lo lejos la desconocida asociada del Dinamitero Loco estaba apuntando con un rifle de francotirador a Carbonell, casi logra su objetivo de acabar con la vida del heroico Inspector si no fuera por la asombrosa intervención de Goeringa que pudo dar de baja a esa misteriosa asociada salvando la vida no solo de Carbonell sino de Ada misma. Parece que varias veces la misteriosa Coronel había salvado de una muerte segura (y quizás macabra) a Carbonell, pero según ella atribuía a la colosal ineptitud de Ada el que casi mueren ambos aquel día.
Ada sabia que Goeringa tenía razón, a lo largo de su carrera ciertamente había cometido varios errores, Ada no era como los detectives de las novelas que siempre son 100% exitosos, en realidad su carrera había sido de altibajos, como la de todos los demás, Doris, Boris y Carbonell mismo también tenían acumulados errores críticos bajo el colchón. Pero no se conocía historias de fracaso en la hoja de vida de Goeringa, Ada intuía que probablemente uno o dos esqueletos escondía aquella dama. Por otra parte, ahora sentía por ella una profunda envidia: Era el ángel guardián de Carbonell y era algo que ella no podía superar.
— Gertrud, que alegría verte — dijo con aire jovial Carbonell, con una alegría tal que si tuviera cola como un perro estaría batiéndola con toda energía — si hay alguien en el mundo que pueda ayudarnos con estos líos del caso de los Jurados eres tú.
La dama tomó asiento y la voz de la reunión diciendo — Ante todo es Coronel Goeringa, Inspector Carbonell. Estoy en misión oficial y sé exactamente lo que pasa y como hemos de proceder. Tengo un plan que nos permitirá a todos resolver no solo este caso, sino varios otros misterios paralelos que están ocurriendo y tu querida Ada serás la pieza clave en todo esto.