La esfera



Bitácora de Navegación, fecha espacial U-731. Por orden del alto almirantazgo nos encontramos en misión exploratoria en las fronteras del sector Épsilon. Una región inexplorada de la galaxia situada entre los límites del llamado 'Colectivo Dominante' del cuadrante Delta y los Borgias del cuadrante Gamma, ninguna de esas supercivilizaciones se atreven a navegar cerca de ese sector, lo evitan a toda costa. — Informe, Líder de Asalto Rico. — Kapitän, hemos detectado una extraña distorsión energética enfrente de nosotros. — Magnifique la pantalla. — Kapitän, Parece una especie de esfera de energía, nuestros sensores no pueden hacer una evaluación completa del objeto — indicó en tono frío, el androide de abordo, el Señor Bytes — la computadora no registra señales de vida orgánica. — Kapitän — detecto una conciencia dentro de esa esfera — informó la Canciller Troya mientras hacia profundos gestos de dolor. — Jefe de Seguridad Macha Hernandez, abra todas las frecuencias — ordenó con voz de mando el Kapitän. — Frecuencias abiertas, Señor. — Soy el Kapitän Picardo de la nave SMS Bismarck, de la Alianza Planetaria. ¡Identifíquese! — Señor, no hay ninguna respuesta proveniente de la esfera — asevero en un tono sin inflexiones emocionales el Señor Bytes.

— Señor, recomiendo disparar los torpedos fotón— gritó Macha angustiada, pero Picardo ignoro por completo el sabio consejo.

— Líder de Asalto, Rico, prepare la cámara transportadora, iremos en misión de reconocimiento, La Doctora Amores, El jefe de Mecánicos Forjas, El Comandante Bytes, Macha y yo mismo. Queda usted al mando de la Bismarck. En el cámara de transportes el Comandante Lobros, el único tripulante no humano de abordo, vio como se desvanecía el grupo de exploradores rumbo hacia la misteriosa anomalía espacial. En menos de un segundo los cinco tripulantes se encontraron en el interior de la Esfera, rápidamente cada uno de ellos saco por precaución su arma láser y otros aparatos para hacer análisis. — Kapitän, no detectamos ningún tipo de cuarto o cámara, esta nave no tiene puente de mando, ni recámaras para tripulación, no hay nada identificable, excepto por un extraña cápsula que recuerda un sarcófago lo suficientemente grande como para acomodar una persona. En ese momento todos oyeron un sonido suave muy parecido a las notas altas de una música producido por un instrumento de cuerdas. — Kapitän, hemos perdido todo contacto con la Bismarck, probablemente se deba a una distorsión energética que la esfera provoca — indico Forjas en tono muy preocupado. — Señor Forjas y Macha, la respuesta debe estar en esa cápsula, quiero un análisis exhaustivo del objeto. — Señor veo una serie de ranuras a lo largo de la cápsula y una anotación en un lenguaje desconocido:
Μίμας
— Procedan a abrir la cápsula — ordeno secamente el Kapitän. — Yo no me atrevería a hacer eso — dijo una voz femenina desconocida. El equipo de exploradores miro hacia el lugar de donde provenía la voz, en frente de ellos estaba una hermosa joven de cabellos rubios de quizás 15 o 16 años de edad, vestía un atuendo apretado de látex blanco muy similar a un uniforme militar de enfermería y se encontraba parada detrás de algo que parecía una especie de piano antiguo. — Soy el Kapitän ... — Picardo de la nave SMS Bismarck, de la Alianza Planetaria. — termino de completar la frase en cierto tono irónico y sarcástico la joven rubia. Al ver que el Kapitän vacilaba, continuó: — En lo que a mí respecta no recuerdo haber invitado a nadie a entrar a mi “Transporte”, por favor retírense, vuelvan a su nave o mejor aún vuelvan a su planeta. — Somos exploradores del espacio profundo, venimos en misión de paz — respondió Picardo en tono defensivo. — Quienes son y que propósitos tienen ustedes son absolutamente irrelevantes para mí — contesto con cara de aburrimiento la joven dama, mientras comenzó a tocar una suave melodía en el piano. — Merecemos una explicación, ¿por qué nos ha cortado la comunicación con nuestra nave?, obviamente retenernos aquí es un acto hostil — replicó Picardo con gesto de enojo. — Vuelvo y repito, a nadie en sus cinco sentidos en esta galaxia o en cualquier otra se le ocurriría abordar ilegalmente una burbuja hiperespacial. — Señor Bytes — dijo el Kapitän como pidiendo corroboración de lo dicho. — Es cierto Señor, teóricamente es posible elaborar una burbuja con tejido del hiperespacio para navegar dentro del espacio normal, mediante ello es posible desplazarse casi que instantáneamente a cualquier punto del universo conocido. — Esa es una tecnología impensable, ni siquiera la Alianza Planetaria podría construir ese tipo de transportación. — Es fácil para una civilización tipo IV — susurro la rubia. — No existe ningún tipo de civilización como esa en la Vía Láctea —concluyo lacónicamente el Kapitän. — Quizás aquí no, pero en la vecina Andrómeda existió una como esa — replico la rubia con el tono que usaría una maestra con un alumno poco colaborativo. — Dejémonos de juegos, díganos ¿quién es usted?, ¿a qué civilización pertenece?, ¿cuáles son sus propósitos?, ¿por qué nos retiene en su nave? — farfullo el Kapitän completamente fuera de sí. — Vayámonos calmando Kapitäncito, no sé porque cree usted que tengo que responderle preguntas, a saber usted solo es un tripulante de una nave metálica, usted no es Príncipe, ni Rey para dirigirse a mí en ese tonito tan irrespetuoso. — Muy bien, obviamente estamos atrapados en su esfera contra nuestra voluntad, pero al menos podría tener la cortesía de darnos alguna información. — Que no se diga que soy irracional y descortés aún con visitantes inesperados, le contesto a sus impertinentes cuestionamientos: Uno, no pertenezco a ninguna civilización, que yo sepa soy yo sola. Dos, pueden dirigirse a mí como señorita "Holograma de navegación". Tres, mi propósito es simplemente facilitar el traslado de mi pasajera, la anciana que está en hibernación en la cápsula que ustedes abusivamente querían abrir; y cuatro: esta no es mi nave, es tan solo un servicio de transporte alquilado a la Unión Comercial del Espacio Intergaláctico. — Señor Forja — volvió a indicar Picardo con suspicacia como desconfiando de lo que acababa de oír. — Es completamente cierto señor, mi visor indica que es un holograma muy similar a los de nuestra holocubierta. — Kapitän, ¿podría usted dejar de preguntarle a su tripulación que confirme cada cosa que yo indico?, es muy grosero de su parte, no tengo porque engañarlo o darle falsas pistas de lo que aquí ocurre. — Señorita Holograma comprenderá usted que en el espacio ocurren demasiadas situaciones absurdas y por ello el protocolo obliga a extremada cautela. — Entiendo, entonces me encuentro en la obligación de decirle que ya he llegado al fin de mi itinerario, en unos pocos instantes la esfera habrá cumplido su misión de transportar a la dama a destino, ¡justo a tiempo! — dijo eso mientras daba otros suaves acordes al teclado. — Kapitän — dijo en tono susurrante el Señor Bytes, — parece ser que el Holograma controla la esfera mediante el piano, como si fuera una especie de consola de mando. — Comprendo, intenten entre todos tomar el control del dichoso piano —replico en tono susurrante el Kapitän. — Espere un segundo Kapitän —dijo el Holograma que se había dado cuenta de las intensiones de los intrusos — le tengo una buena noticia, ya estamos en la Tierra. Los he traído a casa. — Imposible — exclamó Picardo — el sector épsilon está a más de cien mil años luz de distancia, tomaría al menos 12.000 años a la Bismarck a Warp 9 para hacer ese viaje, sin usar los agujeros de gusano que hay en varios puntos de la galaxia. — Señor es cierto, de acuerdo a mis cálculos una esfera hiperespacial podría hacer ese recorrido en algunos minutos, pero tendría que utilizar una energía similar a la de una supernova — informó Bytes. — Que es lo que efectivamente ocurrió: Cuando ustedes ingresaron a mi Transporte, por casualidad estaba yo a punto de iniciar mi viaje, supongo que la energía del arranque habrá volatilizado a la Bismarck como consecuencia colateral. Sorry queridos. — ¿Qué? — dijo el Kapitän — disparen al mismo tiempo a la consola de mandos de ese maligno Holograma. — ¡Ah Kapitän!, qué aburrido es usted, nunca toma las decisiones correctas, pero ahora le daré las malas noticias, recuerde que le dije que estamos en la Tierra, pero lo más interesante no es el lugar, sino el “Cuando”. — ¿Cuándo? — repitió el Kapitän con aire de duda. — Hemos retrocedido cerca de 800 años en el pasado, para ser exactos hoy debe ser 4 de Julio de 1776, y lo malo de todo ello es que para entidades biológicas a bordo de esferas hiperespaciales, si quieren sobrevivir a un viajecito como el que hemos hecho, requieren estar dentro de una cápsula similar a la de la pasajera a la que ustedes intentaron molestar. Y ante todo, el piano no es una consola de mando, es un tan solo un clavicémbalo común y corriente. El Kapitän iba a decir algo más, pero sin poder evitarlo su cuerpo y el de toda su tripulación se comenzó a esfumar. Mientras, la rubia que daba algunos toques a su teclado, vió como la esfera se abría y dejaba ver el bello paisaje del desierto de Aragca.



5 comments:

  1. Se parecían a los personajes de Star Trek pero en una versión torpe. Y en lugar de enfrentarse a Q, les tocó enfentarse a una versión de la clavimbacelista Zaida.
    Bien contado.

    ReplyDelete
  2. Como aficionada a la SciFi, pero más como "Trekkie" quedo maravillada de esa realidad alterna en donde sugieres que algún tipo de sistema Nazi ha ganado la guerra. Quizás por eso devuelven el tiempo, para corregir la "anomalía", bueno eso es lo que me sugirió el texto no sé si esa es la intención, pero disfrute de cada párrafo. Zaida estuvo en todo su esplendor, malvada pero con cierta elegancia.

    ReplyDelete


  3. Tiene toda la pinta de un capítulo perdido de Picard o Picardo con un argumento completamente funcional. O , si queremos mantener los nombres, un spin off.
    Abrazooo

    ReplyDelete
  4. "Clavicémbalo común y corriente" creo que es mas de ciencia ficción que el relato, no quedan muchos. Un abrazo

    ReplyDelete

Xilotismo

—¿Es esta la tumba del abuelo? —preguntó bastante conmovida Helena. —Sin lugar a dudas, esta es. La única con lápida de madera, tallada como...