Después de varios siglos de soledad en Mimas (la luna más pequeña de Saturno), Zaida comenzaba a irritarse a causa de su propia ignorancia. No sabía porque al morir, se convirtió en un horrendo fantasma. Se preguntaba si eso era una característica exclusiva de los humanos o si solo le había ocurrido a ella. En más de una ocasión, pensó en la posibilidad de que alguno de los tantos personajes capaces del viaje transdimensional, llegara accidentalmente a aquella luna desolada. Si eso sucediera, podría realizar ciertos experimentos y llevar a cabo investigaciones científicas sobre la muerte.
Le intrigaba descubrir si lo que se volvía fantasma era una conciencia independiente al cerebro o si, en realidad, existía un alma o espíritu asociado al cuerpo humano desde algún plano existencial inaccesible. Zaida soñaba con la llegada de alguien, a quien recibiría con amabilidad. Quizás, al principio, le invitaría a una taza de té, conversaría alegremente y luego revelaría que ella también podía viajar entre realidades. Incluso podría jactarse de su habilidad para cambiar de forma a voluntad.
En su mente, se veía transformándose en un adorable gatito. Esperaba que el visitante se encariñara con la pequeña criatura y la alzara para acariciarla. Entonces, Zaida-Gata le arañaría la cara... o al menos eso creería la víctima. En realidad, no se convertiría en ningún animal: sería una ilusión mental diseñada para ocultar su verdadera intención. El "arañazo" sería una herida profunda en la cara, infligida con su arma favorita: un punzón de picahielos, un instrumento mágico, forjado con maldiciones y encantamientos oscuros de los Nigromantes del Norte de Aragca, con el propósito siniestro de abrir un canal en el cuerpo de cualquier criatura viviente, permitiendo que escaparan la esencia mística y los fluidos sobrenaturales. Nadie podía sobrevivir al "arañazo" más de tres minutos.
Zaida se imaginaba contemplando a su víctima mientras sucumbía lentamente, la vitalidad escurriéndosele. En su mente, se veía abrazándola dulcemente, susurrando canciones mientras agonizaba. Quizás incluso perforaría repetidamente con una acción de "mete-saca" el punzón, en la base del cráneo para acelerar el proceso. Finalmente, cuando el cuerpo quedara sin vida, se quedaría mirando, expectante, para ver si un fantasma emergía de los restos. Quería salir de su ignorancia, a cualquier costo.
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Es enormemente original la forma que tienes de interpretar la ignorancia en este texto. Consigues fabricar mundos donde el lector consigue evadirse de su realidad por unos momentos.
ReplyDeleteEse punzón de los Nigromantes creo que lo que hace es extraer el alma.
Qué imaginación tan macabra la de Zaida al verse apuñalando con el punzón a su víctima, repetidas veces mientras la abrazaba. Ahora que vaya vida tan aislada inmersa en la más absoluta soledad.
Muy buena aportación al reto, Jose.
Muchas gracias.
Has descrito básicamente una violación con un picahielos, ¡buah, vaya tela de relato! Me ha dejado con la piel de gallina, literal, que ni con una manta encima se me quita 😱. Zaida es lo más turbio que he leído en tiempo, ¿eh? O sea, lo de malvada se queda corto, ¡menuda pieza! Entre lo que se propone y cómo lo planea, me ha dado un mal rollito que flipas 😳. Pero oye, pedazo de texto para el tema de la semana, ¿eh? Chapeaux 👏. ¡De 10!
ReplyDeleteZaida tienee potencia para diversos relatos en distintas continuidad, más de una vez contradictorias entre sí.
ReplyDeleteDiría que sería una clase de vampirismo.
Saludos.
Uy ella es mortal y su deseo tambien. Me gusto mucho como plasmaste el personaje. Te mando un beso.
ReplyDeleteO sea que, si hay vida después de la muerte, nos falta saber si todo serán Zaidas o habrá algún Casper. Este es un comentario que no está a la altura de tu narración, pero es que cualquiera sigue a tu nivel. Abrazo
ReplyDeleteParece muy viva, e inocente, es cierto.
ReplyDeleteUn abrazo, y felices fiestas
Nos dejas un buen relato de fantasía y ciencia ficción.
ReplyDeleteElla en su ignorancia es cruel, se regodea con el sufrimiento y sobre todo para ver si la muerte le gusta o ese fantasma tiene alm.
Inquietante lo que dejas plasmado en tus letras.
José, te confieso que sentí lástima por esta cuasi fantasma que ignora el por quede su condición. Pero después, con la escena soñada del pucahielos celebré que estuviera para siempre condenada en esa luna! Jaja. Sorpresivo desdoblamiento emoyivo el de ti personaje jaja 😂 Un abrazo
ReplyDeleteMejor no verla en el Más Allá...
ReplyDeleteEse punzón de picahielos es muy envidiable... me gustaría tenerlo en el Más Acá.
Saludos.
Para Zaida, era más horrenda su soledad que la ignorancia de no saber porque al morir, se había convertido en un horrendo fantasma. Sin embargo, mientras fantasea logra evadirse de su situación, incluso logra dar pena. Muy buen texto. Un abrazo
ReplyDeleteSólo ver el punzón dan escalofríos, prefiero no encontrarla ni en el másacá, ni en el más allá, ni en otros mundos paralelos..
ReplyDeleteUna manera muy original de tratar el tema de la ignorancia, me gustó, muy buen texto.
ReplyDeleteSaludos.
PATRICIA F.
La ignorancia saca lo peor de cada uno, sin dudas.
ReplyDeleteSaludos,
J.
No me gusta ese punzón y aún menos las intenciones que Zaida tiene con él.
ReplyDeleteMenos mal que no tengo previsto ningún viaje a Mimas y que un equipo de chimpancés ya llegó antes, aunque me gustaría creer que no se encontraron con ella.
Un abrazo