Siempre que se sentía estresada por los aconteceres de su oficio, Ada mantenía la costumbre de dedicarse largas horas a resolver ecuaciones diferenciales y otros acertijos matemáticos. El tiempo dedicado a ello le ayudaba a aclarar la mente. A diferencia de los “detectives” de la televisión o de las novelas de misterio, Ada no trabajaba en un único caso: los detectives de la vida real siempre trabajan varios casos a la vez. Tenía asignada la misteriosa desaparición del periodista del diario El Protector, un tal Rojas, sumado a la tarea de identificar los cuerpos de dos occisos que habían sufrido muertes horrendas: el del Hotel Francés y el otro en las cercanías de la Avenida de las Angustias. Todo ello se sumaba a la explosión ocurrida en el piso donde habían muerto los jueces del reality y, claro está, la misteriosa muerte de los tres jueces.
Mientras le cambiaba las pilas a su calculadora científica, por un instante se le cruzó por la cabeza si toda esa racha de crímenes inexplicables estarían ligados a un mismo evento mayor.
—¿Y si organizo cronológicamente cada uno de esos sucesos? —pensó en voz alta. Acto seguido tomó el teléfono y marcó un número que sabía de memoria.
—Aló —contestó una voz masculina, con tono de trasnochado.
—Soy Ada. Sé cómo resolver el misterio de los jueces.
—Más vale que así sea. Son casi las tres de la mañana, ¿nunca descansas?
—Me puse a resolver unas transformadas de Laplace.
—Muy bien, ¿de cuántos asteriscos?
—Varios de dos y uno de tres, los demás eran sencillos.
—¿Y qué te dijeron los números?
—Quiero investigar más a fondo el tema de Rojas, el periodista desaparecido.
—Tiene sentido, haz cita con el editor en jefe, Francisco de Paula Bolívar.
—También quería felicitarte: manejaste muy bien la conferencia de prensa sobre el asunto de la captura de la falsa ladrona de joyas, Lupin Adler.
—Alias la Araña, la Princesa de los Ladrones.
—Supiste evitar la suspicacia de los participantes en esa rueda de lobos furiosos que buscaban noticias sensacionalistas.
—Ese es otro cabo suelto. ¿Crees que la verdadera ladrona aparezca algún día?
—Puede ser tema para un libro. Será algo que dejemos pendiente, tenemos otras prioridades.
—También he estado pensando en ello.
—¿A qué conclusión llegaste?
—A ninguna, más bien me salió un interrogante que no logro disolver.
—Cuéntame, quizá pueda ayudar.
—¿Estamos metidos en un whodunit o en un howdunnit?
—Por lo menos no estamos en un misterio de habitación cerrada, y definitivamente esto no es un hardboiled/noir.
—¿Entonces es una historia de misterio invertida?
Al escuchar eso, Ada soltó una risotada y preguntó:
—¿Estás viendo a Columbo de nuevo?
—¿Qué? No, no… es que se me hace que desde hace un buen tiempo hemos caído en un bucle sin fin, como dándole vueltas al misterio sin solucionarlo.
—Te entiendo, por eso te digo que quiero ir al inicio de esta racha de asesinatos absurdos. Me parece que todo está relacionado.
—Es posible.
—¿Tienes algún plan que desees compartir?
—Sí, ya que lo mencionas, hagamos algo a lo Columbo: quiero darle una visita a las personas cercanas a Simón de Santillana. ¿Qué sugieres?
—El tipo tenía una exesposa y la madre aún está viva.
—¿Cuál está viva, la mamá de Santillana o la exsuegra?
—Ambas. Podemos darles una visita de cortesía a esas damas.
—¿Sabes, Ada? Creo que avanzamos mucho más en esta corta charla que en todo el tiempo que hemos dedicado al caso.
—Lo sé, lo sé. Por eso quiero hacer las cosas correctamente.
—¿A lo Columbo?
—¡Nah!, más bien como Miss Marple.
—Perfecto, ya está listo el plan de acción. Mañana temprano reunámonos y concretemos los detalles. Tengo mucho sueño; si me permites, me voy a sumergir en la esfera de los sueños.
—Dos más dos es cinco.
—¿Eh?, qué graciosa eres. Te amo, preciosa.
—Yo también. Así quedamos: mañana comenzamos a desatar todo este enredo.
—Así será. Nunca nadie escapó a Columbo y a Miss Marple.
—Sí, pero ellos eran personajes ficticios. En la vida real también hay casos irresolubles o que se solucionan mal.
—Es el riesgo que asumimos: unas son de cal y otras son de arena.
—Está bien, besos. Duerme tranquilo, ya veremos qué depara el futuro.
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Relato para participar en la convocatoria "Hoy toca jugar" de María,
en su blog "Algo más que palabras".
El reto consiste en elegir una imagen y de allí derivar un texto.
Uno debe arriesgarse . Me gusto tu relato. te mando un beso.
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