La galaxia de Andrómeda es completamente estéril. A lo largo y ancho de aquella gigante espiralada, no hay ni un microbio. Dicen que en el pasado remoto antes de que la Tierra existiera, hubo una vida exhuberante en nuestra vecina sideral, hasta que un día una entidad misteriosa venida de otra dimensión o plano existencial barrio por completo, planeta por planeta, todo aquello que representara materia animada.
Fue necesaria la intervención de los CARCELEROS, entidades muy emparentadas con los dioses que dieron origen a nuestro universo. Luego de una furiosa y desigual batalla lograron darle captura al gran homicida y lo ocultaron en la profundidad del espacio: No encontraron mejor idea para disponer de aquel destructivo demonio, que dejarlo encerrado en un olvidado lugar de la Vía Láctea. Escogieron para ello algo fácil de recordar, buscaron el planeta más bello de todos, ese de un amarillo precioso, rodeado de anillos, pues ni en la Vía Láctea ni en Andrómeda se repite un espectáculo de tan magna belleza. Y en una de las lunas, la más grande posible enterraron en lo profundo de las entrañas de aquel satélite inocente a la más malvada de las creaturas. Le pusieron el nombre de Titán a modo de advertencia a aquel lugar y prohibieron a toda creatura viviente acercarse al remoto gigante gaseoso.
Dejaron pues los Carceleros a dos de los suyos situados en Andrómeda en sectores opuestos de la galaxia a modo de vigilantes, cuidando de que aquella horrenda creatura no vuelva a salir jamás de su encierro.
Si tuviéramos que describir antropomórficamente a estos héroes bastaría con pensar en que de humanos solo tienen la cabeza y para más señas calvos. Uno es macho, el otro es hembra, a pesar de que viven separados por una inimaginable cantidad de kilómetros, ya que Andrómeda ciertamente es un conglomerado de estrellas nada despreciable, pueden comunicarse continuamente en perpetua comunión por lo que burdamente podría interpretarse como telepatía.
Habían dejado de hablarse por millones de años pues nada pasaba por estos rincones ViaLacticos que tanto ellos cuidan con estricto celo, cuando ella como toda mujer se despertó de repente movida por su intuición femenina y dijo:
— Hay un disturbio en el equilibrio galáctico
— Así es Hermana. Lo he notado
— Pero no es en Titán
— Ocurrió algo inesperado en Mimas
— ¿Treckhius?
— Esos tontos que viven en el espacio entre las dos galaxias no siguieron los protocolos y se acercaron al Planeta Prohibido
— ummm, bueno mientras el huésped que tenemos en Titán siga dormido creo no debe haber mayor problema para nosotros.
— Calculo que no hay de que preocuparse, para cuando Andrómeda y la Vía Láctea se vuelvan UNO solo, ya debería estar resuelto el asuntillo, tenemos tiempo, no de sobra, pero al menos si nos da cierto espacio para maniobrar
— ¿Tenemos a alguien ocupándose del asunto?
— Tenemos a nuestro mejor agente asignado al caso de Mimas
— Es bueno saberlo, Hermano Mío.
— Podemos volver a dormir tranquilamente en las profundidades del Hiperespacio
Nunca supe si esta última frase del Carcelero fue una pregunta o una afirmación
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Una historia que me deja con ganas de saber más. Fantástica. Besos :)
ReplyDeleteTienes un don.
ReplyDeleteA mí me parece no solo creíble sino apasionante.
No es ningún halago.
Saludos.
Una interesante saga cósmica.
ReplyDeleteSaludos.
Ante ese anatema enclaustrado solo cabe la comunicación mental, no sea que las formas más tradicionales de transmisión sean interceptadas por otras potencias nequiciosas (independientemente del Reo, pues los peligros en esas retículas del espacio son infinitas)Así que creo que en la riqueza de la telepatía de los funcionarios de prisiones nebulosos, es a la par, enunciado y cuestionamiento: ¡¡¡Ellos Saben Lo Que Se Hacen Y Advierten. Creo que estamos en Buenas Manos, H u g o !!!
ReplyDeleteAdmiro a la gente que tiene esta capacidad de inventiva.. Excelente el relato..diria---de película! Un abrazo y feliz martes
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