Las Aragcas y sus Destinos

He visto multiples Aragcas, no todas nacieron al mismo tiempo, algunas empezaron antes que otras, pero cada que nace una nueva automaticamente entra en la competencia por saber cual es la mejor, cual la mas voraz, cual la mas bella y cual la mas poblada. Algunas Aragcas nacen y viven timidamente, mueriendo en la lucha prematuramente. Otras Aragcas se tornan famosas dentro de la monotonia. Algunas Aragcas se alejan del barullo y optan por vivir la vida independientes bajo las estrictas reglas de sus propios gobernantes. Algunas Aragcas, dan mordisquitos a sus vecinas para engulliar sin misericordia el terreno de las hermanas. Claro las Aragcas mas grandes no dudan en tragarse a las mas pequeñas si asi lo desean. Las mas odiadas son las Aragcas mas exitosas. En fin de cuentas no todas las Aragcas tiene bellos paisajes, ni historias entretenidas para contar. La mayoria de las Aragcas, son territorio de vagos y maleantes cuando no bandidos puros. Y Algunas Aragcas (contadas con los dedos) se reproducen, ya no en miles de Aragquitas mas diminutas e inexpertas sino en sendos principados y reinados, cuando no en hijos oligofrenicos dignos de ser escondidos y suprimidos a voluntad. Las mejores Aragcas nunca han existido, sus pobladores son muy estrictos y prefieren las Aragcas que parecen existosas mas debido a su escandalo y charlataneria. Y hay tambien Aragcas en otros universos y en otras mentes con otros nombres y quizas hasta unitarias. Hay Aragcas sin nacer. Y hay Aragcas...en Aragca.

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Entre los Aragcas, las física o mentalmente débiles son eliminadas con presteza, mientras que las que sobreviven muestran por lo común una salud vigorosa. Nosotros, por nuestra parte, tenemos sumo cuidado en contener este proceso de eliminación. Construimos residencias para los imbéciles, los tullidos y los enfermos; instituimos leyes de beneficencia, y nuestros médicos emplean su habilidad en extremo para salvar la vida de todos hasta el último momento.

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Durante un buen rato como para matar el ocio, me detuve a mirar el espectaculo, podia ver como cada Aragca chillaba entre la multitud para atraer la atencion de sus victimas. No resisti la repugnacia de tan absurdo engaño, y por un instante tuve la tentacion de volver añicos la madriguera de esas sucias y hediondas alimañas, pero en un alarde de piedad, simplemente me aleje, dejando todo tal y como lo habia encontrado, me fui, despacito...muy despacito.