En agosto de 1969, el presidente de Los Estados Unidos hizo una gran festividad para celebrar la llegada del Hombre a la Luna, invito a los gobernantes de varios países del mundo. Se rumora que luego de la reunión Nixon, estaba bastante ofuscado por un comentario de Eulogio IV de Santillana, Rey de Aragca por aquellos días.
Selenitas
Noche etílica
Se despertó en medio de un charco de su propio vómito que olía a Vodka de buena calidad, a lo lejos del callejón en donde estaba, podía ver a unos hombres peleando enconadamente. Trato de incorporarse, pero tenía tanto licor en el cuerpo que su hígado se negaba a trabajar, dio dos pasos de ebria y volvió a caer. Uno de los combatientes finalmente se deshizo de sus rivales y comenzó a caminar decididamente hacia ella.
La detective Esculi por aquellos días estaba muy deprimida. El estallido de la bomba en el hotel Francés la tomo por sorpresa, tan pronto como se enteró de tan siniestro suceso, acudió sin demora al lugar: El piso en donde ocurrió la tragedia quedo absolutamente destruido, la mayoría de las personas que se encontraban allí murieron horrendamente, de algunos tan solo quedaron pedazos de extremidades, piernas sin cuerpo, manos sin brazos, despojos chamuscados. El espectáculo dantesco sería un festín para los Forenses.
Carbonell había acudido al Hotel horas antes de la explosión, al parecer había sido una de las víctimas del ataque terrorista. Ada se sentía culpable, pensaba que si tan solo ella hubiera estado al lado de Carbonell, habrían muertos juntos, hubieran perecido abrazados.
Los días pasaron. La familia del Inspector Carbonell hizo unos servicios funerarios muy sobrios, se enterró un ataúd sin cuerpo en el cementerio Central de Aragca. Ada prácticamente asumió un papel de "viuda" ese día.
De vuelta a casa, se miró en un espejo y comenzó a llorar amargamente.
Paso así en esa melancolía quizás un par de días. Cuando los ojos ya no pudieron derramar más lágrimas tomo una ducha caliente y decidió salir a un bar, suponiendo que un poco de alcohol no le sentaría nada mal.
Caminando por las céntricas calles de la ciudad encontró un lugar llamado "The Dead Rabbit" el cual le pareció ideal para ahogar sus penas, era ya bastante de noche cuando llego.
Se sentó en la barra y ordeno al Barman como para empezar un Bloody Mary. Usualmente, no entran damas solas a un sitio como el "The Dead Rabbit", van en grupos, mínimo dos o emparejadas con algún caballero. Era muy notorio que estaba sola.
Un par de tipos se acercaron como para hacerle conversación, pero ella les contesto de modo desagradable y se alejaron. Ensayo otros cocteles y luego sin darse cuenta se engullo una botella de Vodka Absolute Elyx. En algún punto sintió que su hígado se rebelaba a tanto maltrato, pago por el licor y cuando quiso salir ya no se podía tener en pie, cayó estrepitosamente al piso. De entre la concurrida clientela del bar, surgieron el par de galanes que rechazo, la recogieron, dijeron que estaban con ella y la sacaron del sitio.
La condujeron a un callejón no lejos de la puerta del bar, quizás pensaban subirla a un vehículo y descuartizarla en algún remoto paraje, o quizás iban nada más a robarla, no se sabe, porque en ese momento otro de los borrachos que estaba tirado en el callejon se incorporo con intensiones de reclamar parte del botín. El par de sujetos creyeron que llevarían ventaja, pero el ebrio parecía una especie de Bruce Lee, fácilmente los despacho a punta de golpes. Cuando el par de galanes decidieron huir para salvar sus vidas, la misteriosa figura se dirigió hacia Ada, la monto en uno de sus hombros y se internaron en una de las varias puertas traseras de ese callejón.
Nadie vio nada.
"Bruce Lee" la condujo a un sótano amplio, oscuro, mal oliente y la deposito en lo que podría con mucha imaginación tomarse como una cama. Sin embargo Ada no estaba inconsciente del todo, apenas se sentó en el mueble, intento darle un gancho de izquierda a su captor, fue un golpe de ebria, patético. La enigmatica figura lo esquivo con facilidad.
Y en medio de la penumbra, lo reconoció. Ella le dijo un par de cosas incoherentes, soltó una risa descontrolada y finalmente quedo privada en un sueño inquietante acompañado con una mueca grotesca de felicidad.
Rascacielos
El chico era nuevo en el negocio de la construcción. O mejor era nuevo en todo, en la vida misma.
Era un inmigrante que acababan de contratar (contrato de palabra y pago en "cash")
Desde el mismo momento en que iniciamos labores en la mañana se ganó la antipatía de todo el equipo. A la hora del almuerzo, 'El Gringo', que era el que manejaba el concreto, lo llamo maliciosamente "Turco". Y allí empezaron los intercambios de insultos y la consecuente escalada de pasar a los empujones y manotazos.
Todos íbamos por 'El Gringo', un hombretón de 1,95 m. Había que poner en su sitio al Turco, y vaya que lo hizo bien. En el forcejeo y sin querer, el nuevo dio un mal paso y se cayó por el hueco que iba a ser el ascensor del edificio que estábamos construyendo.
40 Pisos para impactar el suelo, no sobrevivió. Juramos todos proteger a 'El Gringo', rellenamos como pudimos con arena, piedras y cemento parte del hueco, para dar cristiana sepultura a lo que quedo del recién aparecido.
Nunca nadie investigo, nadie pregunto nada. No tenía familia o amigos, ni siquiera documentos.
Desde ese día, hasta hoy, un cuarto de siglo ha transcurrido y los que allí estuvimos guardamos silencio de lo ocurrido. Se dice que el edificio está embrujado, varios miembros del equipo han muerto en circunstancias horrendas e inexplicables durante este tiempo...
- Continuará -
(En todo edificio que se construye en mi ciudad se les dice a los nuevos, que un obrero se cayo por el hueco del ascensor, quizás sea cierto, es probable que esos accidentes pasen con relativa frecuencia. )
Leyendas Urbanas del Tintero de Oro
Deus Ex Machina
La chica acababa de salir de una de sus clases nocturnas del taller literario al cual se había suscrito, se dirigía a la parada del autobús. El maestro del curso le había dicho que había que evitar un error común llamado "Deus Ex Machina".
Aun podía escuchar la grave y solemne voz de su tutor diciendo: "Ada, si quieres que tus textos no tengan la apariencia de un escritor novato y poco versado en las lides de la narrativa debes evitar a toda costa resolver situaciones difíciles mediante la intervención de un elemento externo a la lógica de tu relato".
También recordaba haber discutido un poco el sabio consejo, pues para ella un relato era precisamente para que toda clase de hechos absurdos aparecieran y desparecieran repentinamente como para dar sabor a las aventuras de los personajes.
Iba pensando todo ello cuando de repente vio a lo lejos una grúa de la cual parecía estar colgando un ángel, miro mejor, porque quizás sus ojos la engañaban, total el objeto estaba muy lejos, podría ser cualquier otra cosa lo que estaba agarrado al gancho de aquel formidable aparato.
Una vez que abordo el autobús que la llevaría de regreso a su casa, se sentó en una silla con ventanilla en donde comenzó a meditar estos temas literarios con felicidad, pues tenia al menos unos 45 minutos de viaje en donde podía darle rienda suelta a sus pensamientos. Tan ensimismada iba que apenas si noto a las diferentes personas que se sentaron a su lado, la ultima fue una anciana vestida con uniforme de aseadora, olía bastante mal, como a mugre revuelta, el aroma que despedía la mujer le produjo un ligero dolor de cabeza a todos los pasajeros y al conductor del bus también. Por fortuna no tuvo que estar mucho tiempo allí, pues luego de que la aseadora se le sentara al lado faltaba muy poco para que Ada se bajara en su destino.
El olor era tan penetrante e intenso que ya le dolía no solo la cabeza sino el tabique nasal, necesitaba aire puro, tan pronto como el autobús se detuvo en su parada de salida, Ada no dudo en saltar hacia la libertad, buscando literalmente un respiro a su situación.
Por fin pudo comprender que sentían aquellos condenados a la cámara de gas, estaba mareada. Completamente aturdida inicio el camino a pie hacia su residencia.
Pero Ada no volvió a casa ese día. Alguien estaba esperándola, una mujer vestida como una Mama Noel muy sexy, se le acerco, y sin mediar palabra o gesto alguno saco una pistola y le disparo hacia el vientre a quemarropa. La bala dum-dum le atravesó primero el hígado e intestinos y luego le destrozo el útero.
Cuando la misteriosa atacante la vio caer, le dijo en tono irónico: "Feliz Navidad, te desea Murder Inc. Ho Ho"
Allí en medio de la calle, sola, en la oscuridad, yacía en un creciente charco de sangre la joven e inexperta Oficial Ada Esculi, apenas hacia unos meses acababa de ser trasladada a la ciudad conocida como 'Puerto Industrial', una pujante metrópoli superindustrializada y en donde el crimen organizado también era bastante prospero.
Ada en medio de la confusión y el dolor se dio cuenta que estaba muriendo, la vida se le escapaba a borbotones, su uniforme azul, se teñía de un grotesco color entre rojo y purpura. Sabia que ser policía era arriesgado, tal cual como se lo habían indicado miles de veces en la academia, pero aun así, no se explicaba ella él porque estaba en esa situación, tan solo era una auxiliar que ayudaba con las labores rutinarias del trafico, ora haciendo de semáforo, ora ayudando a cruzar a los chiquillos las vías cerca de la escuela, las típicas funciones de una principiante. Con cada borbotón de sangre se iban diluyendo sus aspiraciones de convertirse un día en Detective y quizás con suerte llegar a ser la Gran Comisionada de la Policía o dirigir una Central de Inteligencia. Todos sus sueños de repente se estaban esfumando, le quedaban pocos minutos de vida.
La figura en el gancho de la Grúa presencio con preocupación toda la escena, podía escuchar los pensamientos de la mujer herida, hizo algunos gestos y descendió al lado de ella y le dijo al oído: "Soy el Dios Thor. En verdad en verdad te digo hoy: No morirás. Durante las festividades decembrinas en conmemoración de mi nacimiento, la Diosa Samsara me ha permitido intervenir en la vida de un mortal. Tus sueños de ser alguien con excelencia no se verán eclipsados, un día llegaras a ser una de las personalidades policiacas mas sobresalientes del país. Cambiaras tu nombre, lo escribirás de otra manera y finalmente encontraras el amor de tu vida. Animo preciosa."
No se sabe si la oficial Esculi, escucho o no el celestial discurso, o si vio o no a Thor, pero por unos instantes le pareció percibir a su lado al Cadete Carbonell y esa presencia le permitió reunir fuerza suficiente como para alcanzar su teléfono celular, marcar un numero de emergencia y decir: "Oficial gravemente herido, estoy en la Unidad 731 de la Calle Resurrección, cerca del teatro Griego".
En menos de cinco minutos apareció una ambulancia. Luego de varias horas de quirófano los médicos actuaron con tal precisión que le salvaron la vida.
Lejos de allí, la misteriosa mujer que le disparó a Esculi se reunió en algún oculto paraje con otra figura vestida de manera similar y esta la interroga:
— ¿Entregó usted nuestro regalo de nochebuena?
— Sí, Gran Maestro - respondió ella
— Muy bien querida.
Y sin agregar nada más el Gran Maestro le dispara, no al hígado sino directo a la frente. La bala tenia tanta potencia y malicia que básicamente le arranco la cabeza. El sicario ve con indiferencia como el cuerpo sin vida de la desdichada cae al piso y le dice en tono irónico a los despojos: "Bienvenida a Murder Inc. Ho Ho".
En ese momento se escucho la potente voz del conductor del autobús que decía con algo de insistencia a Esculi: "Señorita, Señorita, se ha quedado otra vez dormida. Ya he llegado al final de mi ruta. ¿Desea bajarse aquí o espera el recorrido de retorno?".
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Credito imagen: ClipArtMax.com
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