I
Yosei Kitsune, alumna aventajada,
discípula de Zaida, la gran mentora,
aprendió el arte del globo rosado
y juró ser guardiana de la laguna sonora.
II
Mas fue su don también su caída:
creó un soldado, y otro, y otro más,
todos del color que Zaida pedía...
¡rosas como el alba fugaz!
III
Pero el Espíritu de las Aguas,
antiguo señor de raíz profunda,
le habló: «El amor no nace de engaños,
sino del verde que al mundo fecunda».
IV
Y le entregó un canto en antiguas lenguas
que brotó del musgo y el viento,
y surgió Qin Long, el dragón,
custodio del verdor y el alimento.
V
Qin Long, de escamas de jade,
odiaba el rosa, ese color sin ley:
con fuego verde quemó los soldados,
y en su llama nació el nuevo arrebol.
VI
Desde aquel día, los bosques son verdes,
la tierra olvidó su antiguo clamor...
solo el cerezo, por piedad de los dioses,
guarda en abril su último dulce rosado.
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Poema compuesto para participar en cada jueves un relato,
esta semana a cargo de Neogeminis con el tema dedicado al color VERDE.
(Se vale evocar a García Lorca)
Ver las indicaciones y participaciones de la comunidad
Podcast:
Como envidiosito el dragon, ¿no?
ReplyDeleteQué bonito, lagunas, dragones... Me encanta.
ReplyDeleteSAludos.
Con los vídeos ya me ha quedado clarinete el poema, ¿eh? Que ya sabes que yo con la poesía soy más torpe que un pato en tacones, me ha flipao ese rollo de leyenda antigua que te has montao, y encima tirando de mitología oriental, nada de las griegas de siempre, ole tú. Lo del verde me ha molao mazo: que si envidia, vale, pero también ese verdor sano, salvaje, to' natural. Vamos, que te has salido con lo del reto. Chapó. 💚
ReplyDelete*Intro y outro de anime*
ReplyDeleteGenial tu idea, ese verde fecundo tiene su lógica, del amor es fecundo de él los bebes.
ReplyDeleteUn besote.
Hola José!
ReplyDeleteSi hay algo que ha quedado claro en tu poema es que amas el color verde del mismo modo que odias el rosa. Je, je! Bonita leyenda nos has regalado. Un abrazote!
Ha nacido un mito de escamas de Jade y gracias a su fuego purificador todos los árboles del mundo lucen ahora en su verdoso esplendor. Me encanta el ritmo y la belleza plástica de tus palabras en esta leyenda antigua, que bien hubiera podido ser real de haber existido los dragones ¿quien sabe?
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