Operacion Limpieza

Jueves de Relatos

"Era una noche oscura y tormentosa" ... cuando las aspirantes a detectives Ada y Doris entraron a una cabaña ruinosa en algún paraje del Bosque de las Angustias. 

El suelo crujía bajo sus pesadas botas mojadas. Apenas se instalaron en un cuarto que con mucha imaginación podría tomarse como una sala y/o cocina, Doris se asomó a la única ventana del recinto.

— ¡Jo! Están cayendo cartas, como en una nevada surrealista.

— Debe ser un accidente de un avión de Correos Nacionales — respondió Ada — con un clima como este, se parten por la mitad. Ya ha pasado antes.

De repente, una carta atravesó violentamente los cristales de la ventana. Dentro del sobre había un tosco mapa que señalaba el sótano y una llave oxidada. Sin dudarlo, levantaron una alfombra polvorienta, encontraron una trampilla y, haciendo de tripas corazón, la abrieron y descendieron.

El sótano estaba oscuro y húmedo. Allí, un grupo de figuras con uniformes raídos y cuerpos putrefactos las observaba. El que parecía el jefe avanzó con pasos torpes.

— Las cartas son para ustedes. Deben unirse a la Asociación de Carteros — dijo con una voz ronca.

— ¿Accidente? — susurró Doris, sintiendo un escalofrío.

— Nos caímos hace muchos años… —respondió El Jefe, mientras su cuerpo goteaba sangre y otros líquidos indefinibles.

— Oh, claro, "unirse" — murmuró Ada, sacando su pistola — Y también querrán cerebros, ¿no?

En perfecta sincronía, ambas comenzaron a disparar. Los zombies sucumbieron al instante a la tremenda balacera, las partes de sus cuerpos caían pesadamente al suelo, mientras las heroicas damas los cocinaban con una lluvia de plomo, sin mostrar piedad alguna.

— ¿Quién diría que los carteros serían tan endebles? —bufó Doris, aún apuntando a la papilla de restos descompuestos.

— Lástima, tengo una carta de reembolso pendiente con el banco —replicó Ada.

— En situaciones como esta el reglamento ordena que hay que encender una hoguera. Tenemos que incinerar esta cabaña y el resto de las cartas — indicó Doris mecánicamente.

— De acuerdo. Avisaré al comando central para que envíen un equipo de especialistas. Tal vez todo el bosque esté contaminado con ese patógeno que anima los cadáveres.

— Entiendo, en estos casos el gobierno dirá que hizo pruebas nucleares en el área.

— Sí Doris, supongo que es lo más adecuado en estos casos.

— Eso solo significa que esto JAMAS ocurrió.

— ¿Qué comes que adivinas?

Artesanos de la Palabra

En el reto de esta semana, Rosana y Patricia proponen escribir un relato en donde le llueven cartas a una cabaña solitaria, puede verse los detalles de la convocatoria y otras participaciones siguiendo este enlace

17 comments:

  1. Creo que el origen de la disputa entre Ada y Doris debio haber ocurrido por este incidente tan particular.

    ReplyDelete
  2. Acabo de leer que a un protagonista lo habian escondido en el sótano, espero que no sea el mismo porque si se va a incendiar la cabaña nos cargamos dos relatos de golpe. (no me hagas caso estamos un grupito y con mas risas que conocimiento)

    ReplyDelete
  3. jajaja más delirante, imposible! muy bueno! además de los zombies carteros me ha hecho gracia la fragilidad de los aviones de correo, que se parten a la mitad con frecuencia! jajaja
    P.d
    Estas dos tendrán que desinfectarse también, por las dudas!
    =)

    ReplyDelete
  4. Ada y Doris en una aventura juntas, estuvieron muy bien.
    Interesante el mostrar diferencias en las personalidades. Doris notando el surrealismo el la situación. Y Ada con una explicación más racionalista.
    Aunque ambas se encontraron con lo mismo, unos muertos vivos, que querían incorporarlas a la Asociación de Carteros.
    Creo que querían los cerebros de las damas. Sino convertirlas. Tal vez conservaban deseos humnos con ellas. Pero no tuvieron suerte, se encontraron con dos mujeres de acción.
    Saludos.

    ReplyDelete
  5. En algunas tribus antiguas los cazadores al comer la presa que han obtenido le decían a ese ritual “unirse”, probablemente estos zombies quería llenarse la panza con el par de chicas

    ReplyDelete
  6. Un buen texto. Eso de ser carnívoros parece que fue algo más que un rito.
    Me gusto la incorporación de los zombis a escena. Saludos.

    ReplyDelete
  7. Jajaja me ha hecho gracia lo de la carta de reembolso pendiente con el banco.

    Muy buen relato, me ha enganchado de principio a fin.

    Un abrazo.

    ReplyDelete
  8. A algunos gobiernos deberíamos incinerar...

    Saludos.

    ReplyDelete
  9. ¡Pero que texto más original! :D :D ¡Zombis y Carteros! :D :D Deberías vender esa idea a Hollywood :D :D Me ha gustado mucho.
    Saludos. AlmaLeonor_LP

    ReplyDelete
  10. Las pruebas nucleares son de la mejores excusas para ocultar algo peor...

    Saludos,
    J.

    ReplyDelete
  11. Las pruebas nucleares sólo pueden usarse en países nucleares. bueno no, con que haya bases de alguna potencia nuclear basta.
    Esos zombis, pobres, tanto tiempo esperando y la ilusión por hacer socios. Un poco crueles las protas.
    Abrazooo

    ReplyDelete
  12. Afortunadamente la asociación de carteros no pudo contar con Ada y Doris ni con ningún asociado más. Las mujeres a las que se enfrentaban eran de armas tomar...
    Lo de los aviones correo que se parten es muy divertido. Un relato que es diferente y llama la atención.

    ReplyDelete
  13. Celebro con alegría haber disparado semejante relato. Felicitaciones y gracias por haberte sumado. (Rosana)

    ReplyDelete
  14. Tengo algún que otro volumen en mi inmensa biblioteca, sobre zombies, y el tuyo es digno de estar en la antología que comento; ¡¡¡pero es que además es de lo mejor y más original que te he leído!!! ¡¡¡¡¡¡¡Tu nevada de epístolas es de órdago y en mi mente la visualizo cinematográficamente!!!!!!
    ¡Cáspita: Qué bueno me ha parecido tu texto, ni te lo imaginas! 💎💎💎💎💎💎💎

    ReplyDelete
  15. Jajaja Historia delirante, me encantó! Siempre me han dado algo de miedito los zombies! Besos por ahí!!!

    ReplyDelete
  16. Me gusto el relato es diferente. Te mando un beso.

    ReplyDelete

Xilotismo

—¿Es esta la tumba del abuelo? —preguntó bastante conmovida Helena. —Sin lugar a dudas, esta es. La única con lápida de madera, tallada como...