KEBONDÍ!



—¿Y dice usted que esa es la mejor imagen que ha podido obtener de mi antepasada? —cuestionó en tono irónico la Duquesa Karla Marliux.

—Con nuestro cronoscopio estamos seguros de que esa imagen se ajusta con una exactitud del 98 % a lo que usted está buscando —respondió el doctor Isaac Heinlein, tratando de disimular cierto enojo.

—Veo un airecito de familia, me recuerda a mis tías.

—No encontrará usted mejor calidad que la que le ofrecemos. Que yo sepa, nadie puede proporcionar la nitidez que nosotros damos para tiempos superiores a 200 años hacia el pasado.

—Para ser sincera, yo ya conocía fotos y dibujos muy similares a los que usted me ofrece, pero estoy más interesada en ver imágenes de la infancia de mi antepasada.

El doctor dio un respingo, tomó aire como para pensar y elegir con pinzas la respuesta, y replicó:

—Hemos tenido dificultad para ir más allá de la imagen que le hemos proporcionado.

—¿A qué se refiere? Sé que hay muchos laboratorios que proporcionan imágenes de 300 e incluso 500 años hacia atrás.

—Lo sabemos, pero con la dama en especial ocurre un fenómeno muy particular y misterioso que no hemos podido descifrar. Pareciera como si su pasado hubiese sido borrado.

—¿Borrado? ¿Por qué o por quién?

—Disculpe, Condesa, no me he explicado bien. En realidad, no es borrado u ocultado. Lo más preciso a decir es que nunca ocurrió.

—¿Me está usted diciendo que mi antepasada simplemente apareció así, de la nada, ya adulta?

—Me temo que es lo que los datos indican. Por tanto, no hay laboratorio competidor alguno que pueda darle imágenes de la infancia de su ancestro.

—KEBONDÍ!.

—¿Disculpe?

—Me refiero al nombre de ella. Es lo que dice la imagen: KEBONDÍ!. Prefiero que se refiera usted a ella de ese modo.

—Entiendo. Podemos llamarla dama KEBONDÍ!, pero hay que tener en cuenta que los datos no indican que ese sea el nombre de la persona en la imagen.

—Es posible que así sea, aunque he visto esa palabra en otros registros familiares.

—¿Sabe usted qué significa esa palabra?

—Si lo supiera, no habría pagado la fuerte suma de dinero para obtener la foto que usted me está proporcionando. Pero hay una pista: en lengua antigua, la palabra significa Renacer o Reset, no estoy segura.

—Nuestros especialistas están en capacidad de ayudarle a descifrar el misterio.

—Ya lo sé, ¿por unas cuantas bolsas de oro?

—731 en total es el precio. Ni un gramo más ni un gramo menos.

—Muy bien, es un trato justo. En mi próxima visita quiero que me revelen exactamente el misterio de KEBONDÍ!.

—Será nuestra prioridad, señora Condesa.







Comments

  1. Bondi igual a colectivo. Por lo de colectivo de historietistas.
    ¿Una descendiente de Mara Laira? Esa sí que es una revelación. Y debo decir que se parece.
    Tengo cierta desconfianza de las IA pero es buen resultado las imagen de abajo, con el científico. Gran detalle el nombre y apellido.
    Gracias en nombre de Mara. Saludos.

    ReplyDelete
  2. Me gusto tu relato muy envolvente. Te mando un beso.

    ReplyDelete
  3. Barato me parece.
    Todo pasado es indescifrable desde un ahora serio.

    Saludos.

    ReplyDelete
  4. Para mí tiene que ver con que la dama en algún momento, visitando Buenos Aires preguntó qué colectivo tenía que tomar y algún porteño gracioso le dijo que para mimetizarse con los lugareños debía preguntar: Qué bondi me deja en Retiro? y ella interpretó que kebondí era una especie de palabra comodín útil en cualquier contexto. De ahi que la adoptara como nombre ficticio a la hora de asumir identidades ficticias jaja Un abrazo

    ReplyDelete
  5. No hay nada, ni nadie, que la cantidad adecuada de dinero no pueda comprar.

    Ejemplo:
    https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=a5HwXtmShnM

    Saludos,
    J.

    ReplyDelete

Post a Comment