Mask Voltage: El rugido eléctrico que puso a Aragca en el mapa del rock mundial
Pocas bandas pueden presumir de haber tocado el cielo, aunque haya sido solo por unas semanas. Mask Voltage, una formación de heavy rock nacida en las entrañas de Aragca, lo logró en pleno verano de 1984, cuando su himno distópico "The Creed of the Blind" escaló hasta colocarse entre las 100 mejores canciones en las listas americanas, una hazaña inédita para cualquier grupo del país hasta la fecha.
Se dice que en realidad su mayor éxito fue haber sido teloneros de Blondie en 1989, en un concierto en Atlanta: Tres días de alcohol, cocaina, sexo prohibido y algo de saxofón.
Con una mezcla de riffs acerados, letras cargadas de crítica social y un inusual protagonismo de la trompeta eléctrica de Chad Álvarez, el tema capturó el espíritu de una generación marcada por la Guerra Fría, la vigilancia masiva y la sed de rebelión. La banda se convirtió brevemente en un fenómeno underground, con rotación en emisoras universitarias y clubes alternativos.
Como todo buen relámpago, su impacto fue tan fulminante como breve. Hoy en día, los miembros de Mask Voltage llevan una vida alejada del escenario:
Chad Álvarez, el carismático trompetista, sigue vinculado al mundo musical, aunque desde otro ángulo: es mentor y productor del prometedor debut de su hijo, que comienza a hacerse un nombre en la escena del jazz fusión.
Arturo Smith, baterista y responsable de gran parte del sonido rítmico distintivo del grupo, se reinventó como empresario. Maneja una cadena de restaurantes con temática retro-rock en varias ciudades del país.
Los hermanos Perry (guitarra y bajo), núcleo creativo de muchas de las letras más oscuras del grupo, eligieron el silencio. Viven en el anonimato, lejos del ruido mediático, y raramente dan entrevistas. Algunos fans los han visto en ferias de vinilos o tocando de incógnito en bares de provincias, pero nada confirmado.
Aunque su tiempo en los reflectores fue efímero, Mask Voltage dejó una marca imborrable. "The Creed of the Blind" sigue resonando como un eco incómodo de verdades olvidadas, y su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de músicos y oyentes que buscan algo más que canciones para pasar el rato.
Porque a veces, una chispa basta para incendiar la historia.
🎸 Title: “The Creed of the Blind”
Lo mas extraño e increible es el uso de las mascaras del corona virus ya en 1984 ¿premonicion? ¿profecia? ¿coincidencia?
ReplyDeleteInteresante que fueron teloneros de Blondie .
ReplyDelete¿Zaida admira a Debbie Harry? ¿O Debbie Harry es una de sus encarnaciones?
Suele pasar con algunos grupos.
De esos integrantes, el trompetista parece ser el que más valora la música. Para habersela legado al hijo.
Saludos.
Buena entrada y no cualquiera es telonero de Blondie, quiero ir a un concierto suyo.
ReplyDeleteTío, claro que me acuerdo, ¡cómo no! Si yo estuve allí, en ese concierto glorioso que fue casi una aparición mariana con guitarras distorsionadas. Ver a Debbie Harry en carne mortal y a los chicos de Mask Voltaje en todo su esplendor fue una cosa que una no olvida, ni aunque le dé por hacer yoga y desapegarse de lo mundano.
ReplyDeleteAún me pillo tarareando esas letras que parecían sacadas de una distopía escrita por un filósofo fumado. Tenían un no sé qué... un "duende eléctrico", por así decirlo, que hoy en día brilla por su ausencia. Ya no se hacen músicos con esa mística, hijo, ahora todo es reguetón con auto-tune y letras que dan pena ajena.
Total, que me ha encantado la reseña. Me ha dado cosita en el pecho, de la buena. Gracias por traer de vuelta a estos trovadores del voltaje.
Chapeau, monsieur, o como decimos en mi pueblo: ¡olé tú!